Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1858-1860 (Cortes de 1858 a 1863)
Sesión: 31 de diciembre de 1858
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 24, 524, 525, 526
Tema: Cobro de contribuciones. Presupuestos de 1859

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra para rectificar, Sr. Presidente.

El Sr. SAGASTA: Tengo el derecho antes para rectificar: ¡pues no faltaba más! [524]

El Sr. MADOZ: Si no se nos concede hablar, nos iremos a nuestras casas, que se quede la mayoría sola; que se queden esos ilustres progresistas.

El Sr. GONZÁLEZ (D. Ambrosio): Estamos reclamando que se les oiga; no es el Congreso el que lo impide; es el Sr. Presidente.

El Sr. SAGASTA: Empiezo por rectificar una equivocación de mi amigo particular el Sr. Romero Ortiz.

El Sr. SAGASTA: No me he ofendido por la palabra puros; al contrario, la he aceptado: Lo que he dicho ha sido que si con esa palabra se quiere significar que representamos solo una fracción del gran partido progresista, no la aceptaba, porque somos aquí representantes y únicos representantes de todo el partido progresista español. (El Sr. Romero Ortiz: Yo creo lo contrario; eso será una apreciación de S.S.) Pues si así lo cree S.S., ¿por qué permitió que el señor Ministro de la Gobernación dijera ayer que los progresistas desertaron de sus banderas? ¿Por qué se dejaron llamar desertores?

El Sr. SAGASTA: El Sr. Bayarri ha visto en lo que he dicho una ofensa al Sr. Collado; yo no he hecho más que repetir lo que ha dicho la Correspondencia autógrafa, que pasa como ministerial.

El Sr. PRESIDENTE: Señor Sagasta, eso no es rectificar.

El Sr. SAGASTA: Pues sí estoy rectificando una equivocación que me ha atribuido el Sr. Bayarri; estoy diciendo que yo no hacía más que repetir aquí lo que se había dicho en la Correspondencia autógrafa. Entonces aquel periódico, que pasaba por ministerial, dio la noticia poco más o menos de esta manera: "Las grandes cruces que se han concedido (a personas cuyos nombres no recuerdo) ha sido a consecuencia de los servicios que prestaron en aquellos terribles sucesos." Yo no hago más que repetir lo que dijo aquel periódico, que por otra parte nadie contradijo.

Por lo demás, el Sr. Bayarri sabe que no he tenido intención de aludir a S.S.; porque a S.S. no le han dado ninguna gran cruz, y ciertamente lo siento, pero no lo puedo remediar.

También ha padecido el Sr. Bayarri una equivocación; ha creído que yo he traído aquí esos recuerdos con cierta intención. Yo no los he traído hoy aquí, porque esto lo he de hacer de otra manera, para probar en su día que los causantes y por consiguiente los responsables de aquellos sangrientos sucesos fueron los que violaron la prerrogativa de las Cortes Constituyentes, única prerrogativa que entonces se atacó....

El Sr. Ministro de MARINA (Mac-Crohon): Pido que se escriban esas palabras.

Varios Sres. Diputados: Que se escriban.

El Sr. SAGASTA: Bien; que se escriban: la única prerrogativa....

El Sr. SAGASTA: Lo haré dentro del Reglamento, y espero que todos dentro de él me escuchen.

Señores, he dicho antes, y esto es lo que voy a explicar, que la única prerrogativa que entonces fue atacada fue la de las Cortes Constituyentes. Pues bien, señores, aquellas Cortes no estaban cerradas ni aún suspensas, y sus sesiones se habían suspendido, que no es lo mismo, bajo la fórmula de " no habiendo asunto de que tratar, se avisará a domicilio. " Pero ocurrió un suceso importante de que debían tener conocimiento las Cortes, toda vez que estaban abiertas, toda vez que no estaban suspensas.

El Presidente de aquellas Cortes, en uso de su derecho; y en cumplimiento de su deber, avisó a domicilio a los Sres. Diputados. Reunidos aquí los Diputados en número bastante para deliberar, sin que se protestara contra la ilegalidad de aquella reunión por nadie, ni por ninguno de los Sres. Ministros a quienes como Diputados se les avisó a domicilio, ni por el Gobierno a quien de oficio se le hizo saber la reunión .... (El Sr. Marqués de la Vega de Armijo pide la palabra). Aquellos Diputados estaban reunidos dentro de su derecho, y en cumplimiento de su deber; la reunión era completamente legal.

Pues ahora bien: reunidas legalmente aquellas Cortes, y teniendo noticia de que el Gobierno nombrado recientemente por S. M. había dado un decreto suspendiendo las garantías en toda la Península e islas adyacentes....

El Sr. PRESIDENTE: Ya no se trata de eso.

El Sr. SAGASTA: Sí, señor; estoy explicando que la prerrogativa de las Cortes fue atacada. Al ver aquellas Cortes el decreto declarando en estado de sitio toda la Península e islas adyacentes, dieron un voto de censura al Gobierno que inauguraba sus actos de una manera tan despótica.

El Sr. PRESIDENTE: Eso no es explicar las palabras que se ha pedido se escriban.

El Sr. SAGASTA: Pero si las estoy explicando, Sr. Presidente. Aquellas Cortes, en uso de su derecho, cuando vieron el primer acto de aquel Gobierno, dieron un voto de censura al Ministerio por aquel decreto; pero de ninguna manera se acordaron de su nombramiento, que respetaban como respetaron siempre y constantemente la prerrogativa Real. Aquel voto de censura no fue al nombramiento. ¿Cómo había de serlo? Tan desatentados se hace a los Diputados que entonces se reunieron, que desconociesen la prerrogativa Real? En prueba de ello; véase el mensaje que se dirigió a S. M. Si hubieran desconocido la alta prerrogativa Real ¿se hubiera enviado el mensaje? (Varios Sres. Diputados: Basta, basta). Si los Sres. Diputados están convencidos, yo me sentaré satisfecho, una vez que consta la verdad de lo que he dicho. [525]

Varios Sres. Diputados: Sí, sí.

El Sr. SAGASTA: Pues he concluido.



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